SOBRE EL LIBRO
Como ninguna otra cinematografía, Gran Bretaña cultivó a lo largo del siglo XX una idea única de los géneros emparentados, muchas veces mezclados, del horror, la ciencia-ficción y la fantasía. No se trata de otra cosa que la manifestación en los nuevos medios audiovisuales, el cine y la televisión, de un sustrato cultural y sociológico, de un rico acervo cultural que se remonta a las raíces mismas del folklore. En OCULTO EN GRAN BRETAÑA: Un siglo de horror, fantasía y ciencia-ficción se trata de dar una visión holística del fenómeno, descentralizándolo de su época dorada entre finales de los 50 y principios de los 70, dominada por la fuerza estética y comercial del estudio Hammer y sus «satélites», Amicus o Tigon. Para ello se busca lo fantástico y los terrorífico en las fronteras de otros géneros y otras productoras, como los trabajos de George King y Tod Slaughter, los melodramas de la Gainsborough o la imaginación de los Archers, en la pujanza de la televisión y sus creadores, caso de Nigel Kneale o Alan Garner y en la ferocidad independiente de cineastas en los márgenes como Michael Reeves o Pete Walker. El libro en cuestión se ocupa del desarrollo de los géneros entre el nacimiento mismo del cinematógrafo, con su fascinación por los espíritus o lo feérico, y la decadencia institucional de los 80 y los 90, alumbrada por fogonazos con nombre propio como Neil Jordan o Terry Gilliam.
EL AUTOR
ADRIÁN SÁNCHEZ. Nació el 26 de febrero de 1979 en Gijón. Es autor de los libros La historia del cine australiano, Al oeste del mito: 50 wésterns básicos y Río Elvis. Una odisea folk, Hombres a mano armada: el mundo de Sergio Sollima y Operación Dragón. El libro del 50 aniversario. Ha participado en monográficos sobre Blade Runner, El gabinete del Doctor Caligari, Drácula, El planeta de los simios, El halcón maltés, La diligencia, Grupo Salvaje o El resplandor, volúmenes centrados en el Hollywood clásico, desde los Marx o Gary Cooper a Nicholas Ray y Frank Capra. Además, ha aportado entradas a libros colectivos como Paul Naschy/Jacinto Molina. La dualidad del mito, Terminator. El imperio de Skynet, La fábulas mecánicas de Guillermo del Toro, Richard Matheson: maestro de la paranoia, Bolsilibro & Cinema Bis, Cine fantástico y de terror español Volúmenes 1 y 2 o Un viaje por el cine fantástico y de terror Vol. 1. Además de todo ello ha colaborado en diversas revistas (digitales o en papel) vinculadas al cine, como Neville, Cinearchivo, Ultramundo, La Abadía de Berzano, La soga o Hacerse la crítica, entre otras.
FICHA DEL LIBRO
TÍTULO: OCULTO EN GRAN BRETAÑA
SUBTÍTULO: Un siglo de horror, ciencia-ficción y fantasía
EDITORIAL: Kane Ediciones
COLECCIÓN: Antologías nº 3
AUTOR: Adrián Sánchez
NÚMERO DE ISBN: 978-84-09-54536-4
FECHA DE LANZAMIENTO (1ª edición): octubre 2023
NÚMERO DE PÁGINAS: 358
PRECIO PVP: 24 €
PESO NETO: 1,10 kg
FORMATO: 17 cm (ancho) x 23,5 cm (alto)
Incluye índice onomástico y de películas. Contiene 130 fotografías en blanco y negro y mayoritariamente en color.
RESEÑAS CRÍTICAS
«Hará ya diez años que, de la mano de la fenecida editorial T&B, llegaba a las librerías Historia del cine británico, volumen en el que, como su título indica, se realizaba un pormenorizado recorrido por la historia del cine de las Islas Británicas, elaborado por cuatro especialistas de la talla de Christian Aguilera, Natalia Ardanaz, Llorenç Esteve y Tomás Fernández Valentí. Uno de los capítulos de aquel libro, el octavo, se detenía en el cine de género producido en el Reino Unido durante su periodo, digamos, más glorioso: el comprendido entre los años 1960 y 1976, los cuales coinciden con el auge de Hammer Films, productora que se convirtió en el estandarte del cine fantástico británico, gracias a figuras tan relevantes como Terence Fisher, Peter Cushing, Christopher Lee o Nigel Kneale, quienes, junto a…» Seguir leyendo
Josep Manel Rosell Subirats en el blog La Abadía de Berzano
«En este mismo número comentamos el libro de Carlos Aguilar sobre el cine de terror de los años cincuenta. Adrián Sánchez se enfrenta a un periodo más ambicioso, un siglo entero, aunque ciñéndose al cine británico, quizás ese gran desconocido si obviamos el fulgor de la Hammer y Amicus, la impronta de Terence Fisher, los rostros de Cushing & Lee y satélites inclasificables como Al morir la noche, Village of the Damned, ¡Suspense!, Repulsión o The Day of the Triffids. El autor abre el abanico para que entren los relatos de horror, los fantásticos y los de ciencia-ficción y, claro, H. G. Wells, el patriarca era británico, y «1984» es la cumbre de la distopía fascista. Una de las virtudes del libro es mostrar en un todo mucho más homogéneo esa conciencia «despiezada» que tenemos de la importancia del Reino Unido en la configuración de estos géneros, una línea coherente con eslabones consistentes más allá del interés que algunas de sus piezas deparen en el presente.»
Quim Casas en Dirigido por nº 547 (febrero de 2024)
«Hace muchos años ya, en los noventa del pasado siglo, el que esto escribe era un adolescente al que le fascinaban los relatos de Poe y Lovecraft, las novelas de Stephen King y, por supuesto, el cine de terror. Y había dos espacios televisivos míticos, que eran dos citas inexcusables para mí: “Noche de lobos” y, sobre todo, “Alucine”, cada sábado por la noche en La 2. Entre muchísimas películas de distintas época y procedencias, en “Alucine” emitieron decenas de títulos de la productora británica Hammer, que había vivido su época de gloria mucho antes de que yo naciera, en los sesenta y comienzos de los setenta. Esto explica que, en lo más recóndito de mi psique, Drácula tenga el rostro de Christopher Lee, y no el de Bela Lugosi o el de Gary Oldman; y que Van Helsing sea su inseparable Peter Cushing, quien también es, por supuesto, el Dr. Jekyll. También descubrí en aquellas noches de sábado en las que me quedaba solo ante la pantalla de televisión las aventuras de profesor Quatermass, que partían de una premisa de ciencia–ficción (un astronauta poseído por una fuerza alienígena, un descubrimiento en el subsuelo de Londres que podría alterar lo que sabemos sobre el origen de nuestra especie) pero que siempre acababan siendo inquietantes y terroríficas; y aún recuerdo que la belleza de Caroline Munro en la divertidísima y pulp “Capitán Kronos, cazador de vampiros” hizo que se acelerara el pulso de mis venas; y el impacto que me produjo la sublime y extravagante “Zardoz” de John Boorman, en la que una monstruosa cabeza de piedra volaba sobre un mundo postapocalíptico gritando: “the gun is good, the penis is evil”.
“Lo primero fueron los fantasmas”, nos dice el el crítico Adrián Sánchez, al inicio de este fenomenal ensayo que recorre los cómo, los por qué y los cuándo del cine británico de terror, fantasía y cifi del siglo XX. De hecho, empezamos un poco antes: en 1898, cuando se rodó un cortometraje titulado “Photographing A Ghost”. Como nos relata el autor, estos géneros se desarrollaron en un terreno extraordinariamente fértil, si consideramos la obsesión victoriana con los espiritismos, las sociedades secretas herméticas como la famosa Golden Dawn, ocultistas como Aleister Crowley “la gran bestia”, las atrocidades de Jack “el destripador” en Whitechapel y, por supuesto, un amplísimo legado literario que va del “Drácula” de Stoker y el “Frankenstein” de Mary Shelley al “Hellraiser” de Clive Barker y “La cámara sangrienta” de Angela Carter, pasando por la obras de Robert Aickman, Algernon Blackwood, M. R. James, y muchos otros.
No tardamos en saltar a los años posteriores a la II Guerra Mundial, cuando Gran Bretaña era cualquier cosa excepto cool: el país se seguía recuperando de los bombardeos y de los destrozos causados por el conflicto, el imperio se iba desmoronando con la inevitable descolonización y, en un mundo dividido entre las nuevas superpotencias, Estados Unidos y la URSS, el antiguo Rule, Britannia! parecía un lejano recuerdo. En ese periodo oscuro y austero se vivió el desarrollo de la televisión, llegaron seriales como “Doctor Who” y se crearon algunas pequeñas productoras como la propia Hammer o la Amicus, donde se suplía la falta de medios con imaginación. Y así, se plantaron las semillas de una era mágica. No por casualidad, en los sesenta y comienzos de los setenta, mientras que en el Swinging London sonaba la música de The Beatles, The Kinks, Cream o The Rolling Stones, se rodaban deslumbrantes obras maestras del fantaterror europeo como “El fotógrafo del pánico”, “La novia del diablo”, “Performance”, “La leyenda de la casa del infierno”, “The Wicker Man” o “Amenaza en la sombra”. La industria cinematográfica británica también acogió a talentos errantes como los de Polanski y Kubrick, que filmaron allí “Repulsión” y “El Resplandor”. Un estallido de creatividad que se prolongó en décadas posteriores gracias a figuras como Terry Gilliam.
Las historias detrás de todas estas obras míticas del séptimo arte, y de muchas otras, están en este volumen, cargado además de imágenes maravillosas de una época en la que los sueños tenebrosos de Gran Bretaña invadían el mundo.»